sábado, 4 de junio de 2016

Festividad de Nª Sra del Carmen 2016.Carta del Obispo Promotor



Navegando juntos en el mar de la misericordia

            En toda la Iglesia estamos viviendo con gran gozo el Año de la Misericordia convocado por el Papa Francisco. El pasado mes de diciembre, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Papa abría en Roma la gran Puerta de la Misericordia, queriendo unir íntimamente el Año Jubilar de la Misericordia a la persona de la Santísima Virgen, a la que invocó como Madre de la Misericordia.
            Todos sabemos que el Papa Francisco es un gran devoto de la Santísima Virgen. Su profundo amor a nuestra Madre del cielo está presente en todos sus pasos. Eso nos ayuda a comprender mejor el alcance de sus palabras escritas con ocasión de la convocatoria del Año de la Misericordia. Entonces le pedía a la Madre de la Misericordia que la dulzura de su mirada nos acompañe en este Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios.
                Una de las grandes preocupaciones del Papa Francisco es que los cristianos recuperemos la alegría de la fe, la alegría de Dios. Y ya veis como eso es lo primero que le pide a la Santísima Virgen en este Año Jubilar. Qué cosa tan hermosa el pedirle a la Madre de la Misericordia que nos ayude a redescubrir la alegría de la ternura de Dios.
Nadie como María ha conocido la profundidad del misterio de Dios porque, como nos dice el Papa, toda su vida estuvo plasmada por la presencia de la misericordia hecha carne y en su compañía podremos entrar seguros en el santuario de la misericordia de Dios y participar íntimamente del misterio de su amor.
              Los hombres y mujeres del  mar queremos experimentar en nuestras vidas el maravilloso don de la misericordia divina de la mano de nuestra Patrona, Nuestra Señora la Virgen del Carmen. Seguro que ya habéis vivido el Jubileo de la Misericordia, incluso en diversas ocasiones a lo largo de este año, pero quiero invitaros a prepararnos para vivirlo de nuevo todos juntos, espiritualmente unidos, con ocasión de la fiesta de nuestra Madre y Patrona.
             Fue en el Monte de las Bienaventuranzas en Palestina, mirando al Mar de Tiberíades, donde Jesús, Nuestro Señor, pronunció aquellas sublimes palabras: Bienaventurados los misericordiosos. Aquellas palabras de los labios de Jesús llegaron hasta nosotros a través de sus primeros discípulos, la mayoría pescadores y hombres y mujeres del mar. Hoy como ayer, la misericordia es el corazón del mensaje del Evangelio. Como dice el Papa Francisco, la Misericordia es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro, la vía que une a Dios y al hombre y que abre nuestro corazón a la esperanza de ser amados sin tener en cuenta el límite de nuestro pecado.
San Juan Pablo II proclamó al mundo entero que la misericordia de Dios es la que da sentido a toda nuestra vida y el Papa Francisco recogió esa intuición y en este Año de la Misericordia nos propone la medicina de la misericordia divina para sanar nuestros corazones heridos por tantos golpes.
           Con el Papa Francisco, os propongo a todos los hombres y mujeres del mar recorrer juntos con nuestra Patrona la Virgen del Carmen este camino que nos lleva a la misericordia de Dios. Nuestro mundo necesita experimentar el consuelo de la misericordia de Dios porque nosotros, hombre y mujeres del mar, sabemos por experiencia propia que en las horas difíciles sólo la misericordia de Dios nos da la verdadera paz.
          Vaya mi consuelo y mi ánimo para los que estáis pasando momentos difíciles en la familia y en el trabajo, especialmente para aquellos enfermos y sin trabajo.
         Juntos rezamos por todas la víctimas de tantos accidentes y naufragios en el mar, especialmente por los que han fallecido este año.
        Os deseo a todos una feliz Fiesta del Carmen y os pido que nos mantengamos muy unidos para trabajar sin descanso para lograr una vida y un trabajo dignos para toda mujer y para todo hombre del mar.
         Con todo mi cariño os encomiendo a todos a Nuestra Patrona, Nuestra Señora la Virgen del Carmen, implorando su permanente protección.
                                                               Luis Quinteiro Fiuza
                                               Obispo de Tui-Vigo
                                               Obispo Promotor del Apostolado del Mar

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