domingo, 26 de abril de 2020

Obispo de Tuy-Vigo en 1944



     Fray José López Ortiz 


       Fue obispo de Tuy-Vigo, arzobispo titular de grado y vicario general castrense.
     José López Ortiz nació en San Lorenzo de El Escorial (Madrid) el 10 de julio de 1898. Ingresó en la orden de San Agustín en 1918, y cuatro años después se ordenó sacerdote. Doctor en Derecho, fue una figura destacada por su labor intelectual, especialmente en el ámbito de la historia del derecho. En 1934 obtuvo la cátedra de esta disciplina en la Universidad de Santiago de Compostela. En 1942 se trasladó a la misma cátedra en la Universidad Central de Madrid. Ocupó diversos cargos en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas como director de la revista Arbor, y, más tarde, como vicepresidente del CSIC.
     A partir de 1944, con su nombramiento como obispo de Tuy, ocupa también un lugar de relieve en la Iglesia en España. Participó en el Concilio Vaticano II y desempeñó tareas de responsabilidad en la Conferencia Episcopal, como la presidencia de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis. En 1969 fue nombrado arzobispo titular de grado y vicario general castrense, que ocupó hasta su renuncia, en 1977.
      Ha publicado numerosos estudios sobre la historia del derecho. En enero de 1992 se editó un amplio relato sobre su relación con monseñor Escrivá de Balaguer, que fue presentado en su momento como complemento a su declaración en la causa de beatificación del fundador del Opus Dei. Entre sus publicaciones más conocidas se cuenta su estudio sobre derecho musulmán (1932) y La responsabilidad de los universitarios (1956). Era académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y miembro del Instituto de España.
      Murió en Madrid el miércoles 4 de marzo de 1992. a los 93 años de edad Sus restos reposan en la Iglesia Arzobispal Castrense de Madrid.       
El Pais  5 de marzo  1992

sábado, 25 de abril de 2020

Panxon 2.009


Ofrenda Nacional del Mar

Panxon 2.009

      Este año se cumplen la friolera de setenta años de la Ofrenda Nacional del Mar de Panxón:, desde aquel día se Septiembre del año 1939 hasta la fecha nunca fue suspendido el acto, este año la hemos tenido el pasado sábado día 11 a las veinte horas, en incomparable marco del Templo Votivo del Mar, obra del genial arquitecto porriñes Don Antonio Palacios Ramillo, que contó con las manos del no menos importante el Maestro Mogones natural del pueblecito marinero de Panxón, y con la grandiosa colaboración del querido sacerdote  D. Jesús Espinosa Rodríguez, que vio cumplido su sueño del Templo, que para eso animo a Palacios a que viniese a realizarlo desplazándose desde Madrid donde el genial Arquitecto estaba haciendo una obra que es el orgullo de la Capital de Reino, Madrid sí que se supo valorar su trabajo, nosotros los gallego debíamos hacer mucho más de lo que se hizo hasta ahora por él, nos dejo un arte cultural poco agradecidos somos, ya que en otros lugres fuera de su patria chica se los reconocieron, debiéramos hacerle algo sonante, su pueblo natal y el área de Vigo.
     Este año también se cumplió en el mes de abril el 25 aniversario del fallecimiento del fundador de la Obra del Mar de Panxón el referido Mons. Espinosa, que por suerte ya lo tenemos para siempre en al Templo a su entrada, descansa allí donde el puso todo su afán y dinero para que hoy nosotros y los que nos visitan puedan contemplar una obra de arte, son de Tuy-Vigo y me atrevería a decir en nuestra región, pues puede haber alguno más pero como este no.
El acto fue presidido por l Sr. Obispo de la Diócesis de Tuy-Vigo, D. José Diéguez Reboredo, contando con la presencia del Ilmo. Sr. Alcalde de Nigrán, Comadante de Marina y de más autoridades.
     Este año se cambió un poco la Ofrenda, que le correspondió hacerla a la Marina de Pesca en su nombre lo hizo el Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Baiona, un marinero de Panxón ofreció a la Virgen del Carmen un arte de peca, así como el huérfano n.º 8 en llegar al antiguo Orfanato D. Jesús Solla y una ofrenda floral, finalizando con la bendición del mar desde el atrio del Templo.
    Contamos también con la presencia del Sr. Consellerio de Industria Don Javier Guerra, así como por tres concejales del Concello de Baiona. y del Ilmo. Sr. Comandante Director de la Escuela Naval Militar del Marín.

Ramón Fc. Vázquez Figueroa

14.07.2009 | 23:57

Diócesis de Vigo con Cristina de Castro


 
Queridos hermanos del Apostolado del Mar y diocesanos de Tui-Vigo:
    os quiero agradecer las innumerables muestras de condolencia por la muerte de nuestra muy querida Cristina de Castro, fundadora del Apostolado del Mar de Vigo.
      Vuestros testimonios acerca de la vida y del apostolado de Cristina son muy hermosos. Cristina fue una mujer excepcional, única. Su entrega a la gente del mar marcó totalmente su vida y deja un camino de apostolado recorrido que nunca deberemos abandonar. La Iglesia bendice la vida de Cristina y agradece su inquebrantable compromiso con los más pobres de las gentes del mar. Los hombres y mujeres del mar tendrá un permanente modelo de vida en su persona y una intercesora constante en el cielo.
    El Apostolado del Mar en España y la Diócesis de Tui-Vigo agradecen al Señor el maravilloso regalo que Cristina de Castro fue para las gentes del mar y para todos nosotros. Cuando la actual situación de la pandemia lo permita, anunciaremos con tiempo el funeral que, D. m.,celebraremos en Vigo por su eterno descanso y al que estáis invitados todos, especialmente los miembros del Apostolado del Mar.
     Encomendando con vosotros al Señor a Cristina, vuestro afmo. en Jesucristo
+Luis Quinteiro Fiuza
Obispo de Tui-Vigo
Obispo Promotor del Apostolado del Mar en España.

jueves, 16 de abril de 2020

Otras huellas de la labor de Cistina de Castro


 
Recuerdos  de Cristina de Castro   desde Almería
     Quiero compartir con vosotros los momentos o “encuentros” que tuve con Cristina de Castro
. Con todo esto del coronavirus, con tantas noticias de difuntos, de contagiados, de transmisores, que si la culpa es de……que si….que si….últimamente tengo el móvil en silencio y cuando no tengo nada mejor que hacer, pues lo miro a ver qué hay de nuevo.
    El día 26 de marzo, leo en el grupo que Domingo está en el hospital, lleva una semana internado con el virus…y que el día 1 de abril se fue a casa, aunque debería estar aislado más días. Ayer día 15 salió del aislamiento en casa y pudo abrazar a “sus chicas”.
    El día 3 de abril, Mari Carmen informa que Cristina está mal, que lleva tres meses ingresada en una residencia y esta con antibióticos, suero...Y el fallecimiento se produce el día 7….lo he sentido mucho, sé que ya descansa en la casa del Cielo, con otro conocidos del Apostolado del Mar que partieron antes que ella….Don Carmelo, Don Enrique Silva, Amador Roig, Eufrasio Campayo….
    La primera vez que vi a Cristina fue en Tenerife, en abril del 2001, en la Asamblea Nacional del Apostolado del Mar (en 1999 me nombraron Delegada Diocesana de Almería) allí también conocí a Ricardo, a Domingo, a Raimon a D. Carmelo era el obispo promotor, a Joseba y a Juan Esteban y todo su equipo.
    Era la primera vez que yo asistía a una Asamblea Nacional. Lo que me llamó la atención de Cristina fue su forma de expresarse con mucha seguridad y con las ideas muy claras sobre la situación de los marineros en los barcos, las largas jornadas, los pocos descansos, los espacios tan reducidos, y en tierra el papel fundamental que desempeñaban las mujeres.
   Tuvimos oportunidad de hablar, ella me conto muchas cosas, su experiencia acompañando a mujeres y apoyo a la familia marinera.
    Fue el principio de un trabajo que yo comencé con las mujeres de los pescadores en Roquetas. Formamos una asociación de gentes de la mar: El Ancla-A. del Mar.
    Nos volvimos a encontrar en febrero del 2002, en Roquetas, organizamos el “I Encuentro de las gentes de la mar del litoral Mediterráneo”, con Cristina vino Irene Pego, que era la presidenta de Rosa Dos Ventos, aunque el mar que baña Vigo es otro mar, vinieron invitadas, los problemas eran los mismos en todos los mares.
    Ese mismo año en Madrid tuvimos unas jornadas de espiritualidad, nos convocó Joseba; asistimos uno de cada Diócesis.
    En febrero de 2004, celebramos el II Encuentro de las gentes de la mar del litoral Mediterráneo en El Morche (Málaga), lo organizaba As de Guía una asociación de Caleta de Vélez. Surgió la posibilidad de hacer una Federación de asociaciones de las gentes de la mar.
    En noviembre de ese mismo año, asistimos en Málaga al Congreso Europeo de “Mujeres en la Pesca”. En todos estos encuentros Cristina siempre tenía una ponencia explicando la realidad del marino y sus familias y pidiendo soluciones.
     Comenzó una campaña sobre “La esclavitud silenciosa del siglo XXI”, con recogida de firmas para cambiar las condiciones laborales de los marineros a bordo.
    En abril del 2005, organicé la Asamblea Nacional en Roquetas (Almería), fue una asamblea rara…con un montón de circunstancias adversas, pero salió.
     Había fallecido el Papa, y como las Asambleas se celebraban antes, siempre la primera semana de Pascua, Don Luis (el obispo promotor)  no pudo venir, pues estaba de luto toda la Diócesis; Don Adolfo, (el obispo de Almería) tampoco vino, nos acompañó el Vicario General Don Ginés García (actual obispo de Getafe).El día anterior a la inauguración, fallece en Albacete Eufrasio Campayo con lo cual…. ¡Estábamos desolados con tantas cosas que ocurrían…!Cristina no vino, ni Ricardo ni Raimon ni Domingo, pero si vinieron la delegación de Las Palmas, la de Tenerife y la de Málaga.
    La Asamblea fue un éxito, cada uno dio lo mejor que teníamos, nos sentimos como en familia, abordamos el tema de la inmigración, nos enriquecimos todos, con las ponencias y compartir experiencias, las delegaciones que no asistieron enviaron sus informes anuales.
    Después nos volvimos a encontrar en Las Palmas en el año 2007. En Santa Pola (Alicante) en 2009. En la Mariña Lucense (Lugo) en 2011.
    Cristina seguía tan luchadora y reivindicativa.
    Coordinaba la revista BOGA y yo colaboraba contando lo que pasaba por aquí o con alguna entrevista.
    En julio de 2011, me cesaron como Delegada y ya no asistí a ninguna Asamblea Nacional posterior, pero manteníamos una amistad en la distancia, nos llamábamos u escribíamos.
   Siempre fue una luchadora, tenía muy claro cuál era su trabajo con las gentes de la mar. Siento mucho su  fallecimiento, aunque permanecerá siempre en mi corazón, donde  ha dejado huella. Aprendí mucho de ella, ha sido un ejemplo y referente para todos.
    ¡Tanto que ayudó y defendió a la gente de la mar y nadie ha podido estar con ella en sus últimos momentos, sin un hasta luego…así sola por el coronavirus…!.

    Desde la otra orilla nos cuidará……hasta que nos volvamos a encontrar.

    Gracias por todo Cristina.

Rosario Jiménez García. 16 de abril 2020





ROSA DOS VENTOS .EN MEMORIA DE CRISTINA DE CASTRO


La mejor defensa de las familias del mar


Modesta Cancelas* 15.04.2020 | 00:38
      Aunque sabemos que en nuestra vida tendremos que ver partir a algunos de nuestros seres queridos, cuando esto sucede, siempre nos sobresalta. Conocimos a Cristina de Castro y a Maricarmen Grobas del Apostolado del Mar en 1988, cuando nuestros maridos estaban embarcados en el caladero Banco Canario-Sahariano, negociando el Primer Convenio Colectivo para esa flota (cotizaciones dignas, salario garantizado y vacaciones retribuidas).
     Cristina acostumbraba a decirnos que éramos muy valientes por educar a nuestros hijos solas, con el padre ausente, desempeñando nosotras el rol de madre y padre a la vez. Siempre hablaba de los marineros con admiración y nos decía "Llevan una vida muy dura, con jornadas de 18 y 20 horas? que los enrudecen. Debéis ser comprensivas". Así empezamos a descubrir la humanidad de Cristina, su generosidad y su respeto por las familias marineras.
      En 1990, nos propuso crear una asociación. Aunque al principio nos dio miedo, Cristina nos animó y nos lo puso todo tan fácil que finalmente aceptamos, y así nació Rosa dos Ventos. En el año 2008 la revista de la asociación, Boga, tituló en su portada "EL TRABAJO EN LA MAR, LA ESCLAVITUD SILENCIOSA DEL SIGLO XXI". Cristina hizo llegar esta revista a todos los despachos de las autoridades responsables de la pesca: había que conseguir jornadas laborales de menos horas, campañas más cortas, barcos más seguros y habitables, y más conciliación familiar para las familias marineras.
     Cristina fue un referente en la lucha por dignificar la vida de los marineros. Denunció -tanto en Madrid como en Bruselas, frente a ministros, parlamentarios y concelleiros- los abusos de los empresarios de la pesca hacia sus trabajadores. En una comparecencia afirmó que los inspectores dejaban salir al mar barcos sin las condiciones de seguridad mínimas y que "más que barcos eran ataúdes flotantes". Mejorar la calidad de vida de los marineros era su meta en la vida.
     Cristina nos dejó el pasado día 7 y, por desgracia, tuvimos que despedirla en silencio, desde casa, confinados, cuando ella se merecía nuestra presencia, nuestro cariño, respeto y agradecimiento a esa mujer tenaz, fuerte, luchadora, humana y con mucha fe. Gracias Cristina, por tus enseñanzas, tu inquietud y tu lealtad hacia la gente del mar. Gracias por ser La Capitana y El Timón de Rosa dos Ventos durante 30 años. Mientras nosotras sigamos vivas estarás siempre en nuestros corazones. Nosotras pensamos que los seres queridos no mueren jamás, porque viven siempre en el recuerdo y en el corazón de quienes los aman.
*Presidenta de la Asociación Rosa dos Ventos

lunes, 13 de abril de 2020

Estrella del mar



ICONO DE STELLA MARIS





  

         El icono de Nuestra Señora Estrella del Mar fue pintado en el estilo neo-copto por el internacionalmente reconocido iconógrafo Dr. Stephane Rane. El icono copto es el heredero directo de la espiritualidad de los Padres del Desierto que fueron los primeros monjes cristianos (2do a 7mos siglos) y vivían en los desiertos de Oriente Medio.Llevaban una forma de oración y de reflexión de la vida y desarrollan una espiritualidad que forma muchas reglas monásticas, como la de San Benito. St Jerome era un Padre del desierto y en sus escritos que identificó a María, Madre de Dios, como la "Estrella del Mar".
      El icono se encuentra en el contexto de la Noche y refleja las dificultades de la vida, sintió más profundamente en la noche, y quizás también los tiempos de la "noche oscura de las almas».
     Los triángulos son símbolos de fuego, las cuales a su vez son símbolos del Espíritu Santo.
     La estrella es Sirio, la estrella más grande y más brillante en el cielo. Es una gran estrella de la navegación, sino también conocido en la mitología como la Estrella de Dios o de la Estrella de perro que lleva. Esta estrella ha sido objeto de gran culto en muchas culturas alrededor del mundo. En Medio Oriente la salida de Sirio en el cielo en junio coincidió con las inundaciones anuales del Nilo en la que la vida de los antiguos egipcios dependían. La circulación visible de las estrellas menores Sirio A y Sirio B alrededor de Sirio en sí eran también parte de esta cultura culto y forman la base del símbolo de la estrella de David.
      La Virgen y el niño se colocan en el triángulo que apunta hacia arriba del Espíritu ligarse a Sirius. María es ella la estrella que ilumina la oscuridad y conduce nuestras almas a su Hijo divino.
    El mar ha sido los elementos más temidos de la naturaleza debido a su enorme poder para sostener la vida o destruirla. Somos impotentes e insignificante en medio de su gama, pero en su aspecto benigno, el mar es una fuente de belleza incalculable y alimento para la humanidad. Por ello, el mar es una metáfora de la vida y sus peligros, pero también su alegría maravillosa y belleza. El océano en todo el mundo también representa a todos los pueblos del mundo.
     Los cuatro peces son una referencia a los cuatro Evangelios y en última instancia a Cristo mismo que fue conocida por los primeros cristianos como el Gran Pez (Ichtis).
     El barco es también una imagen de la Iglesia militante, navegando a través del tiempo, a través de la vida y de la Tierra Prometida.
     Nuestra Señora se representa de pie en la Luna de nuevo un objeto de adoración en las religiones antiguas. La imagen también recuerda el verso en Apocalipsis, capítulo 12: "y allí apareció una gran señal en el cielo: una mujer vestida con el sol y la luna bajo sus pies, sobre su cabeza una corona de doce estrellas".

(Cortesía: Apostolado del Mar, Gran Bretaña)

Telegrafista de profesión, martir , beato


Jose Perpiñá Nacher


En el pueblo de Picadero de Paterna, en la región de Valencia, España, beatos mártires Enrique Juan Requena, presbítero, y José Perpiñá Nácher, los cuales lucharon noblemente por Cristo (1936).


José Perpiñá Nácher
, fiel laico, nació el 22 de febrero de 1911 en Sueca, cerca de Valencia -España.

Fue bautizado el 25 de Febrero 25 de 1911 y recibió la primera comunión por el mes de mayo de 1919, siempre en la iglesia de la parroquia de San Pedro Apóstol de su ciudad natal.

Telegrafista de profesión, prestó sus servicios en la nave “Buenos Aires”.


Graduado en Jurisprudencia, lo hicieron secretario del Sindicato de la Policía Rural.

Trabajó mucho por los pobres, sobre todo como abogado sin cobrar por sus servicios.

Se 
 a Acción Católica y a la Adoración Nocturna.

Hombre muy devoto, era usual que recibiera la Eucaristía periódicamente y lo distinguió por servir a su comunidad como catequista y periodista. 


En abril 22 de 1935 se casó con Francisca Bosch Pieva en la iglesia de la parroquial de la Santísima Virgen de Sales, pero la relación duró desgraciadamente muy poco.

Con el estallido de la guerra civil y la feroz persecución religiosa que la caracterizò, fue arrestado el 3 de septiembre de 1936 y el 29 de diciembre siguiente sufrió el martirio por odio a la fe cristiana en el Picadero Paterna.

Junto a él también murieron José Aparicio Sanz y Enrique Juan Requena.

El Papa Juan Pablo II lo beatificò el 11 de marzo de 2001 con otras 232 víctimas de la misma persecución.


jueves, 9 de abril de 2020

Apostolado del Mar en Diócesis de Vigo


Ha fallecido Mª Cristina de Castro García, fundadora del Apostolado del Mar en nuestra diócesis

Ha fallecido Mª Cristina de Castro García. Nos unimos en la oración por su eterno descanso. Una vez superado el período de cuarentena y estado de alarma, el obispo presidirá un funeral por su eterno descanso.
Mª Cristina De Castro García nació en Vigo en 1935 y estuvo vinculada profesionalmente  a la Escuela Náutico Pesquera y apostólicamente a las gentes de la mar. Falleció, en la Residencia de Mayores de Moledo de Vigo, el 7 de abril de 2020.
      Mujer excepcional, de recios valores humanos y cristianos que desarrolló en su compromiso apostólico de dedicación total a la lucha en favor de los derechos de las gentes del mar. Su valentía, su fortaleza, sus conocimientos y su fe, unidos a una exquisita sensibilidad y respecto al ser humano, han hecho de Ella una persona ejemplar, querida, respetada y admirada por todos los que la han tratado.
     El Apostolado del Mar en nuestra diócesis, como servicio de la Iglesia a las gestes del mar, ha estado desde sus inicios unido a Cristina. En el año 1955 se crea la Pía Unión del Apostolado del Mar con un grupo de sacerdotes y otro de mujeres para consagrarse al apostolado entre las gentes del mar. El de mujeres, en el que se integra Cristina, se llamó «Legión Ntra. Sra. Stella Maris» con estatutos propios que perdura hasta el año 1984, año en comienza una nueva andadura diocesana del servicio a las gentes del mar. Cristina, que mantiene su consagración como laica, ejerce como responsable diocesana, a la vez que se integra en la Coordinadora Nacional del Apostolado del Mar, presidida por el entonces obispo promotor Mons. D. José Sánchez. En 1988 es nombrada Delegada Nacional para el sector pesquero.  
      En el año 1995, Cristina es convocada para participar en Roma en la XIII Reunión Plenaria del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Movilidad, y explicar la situación de la familia marinera. Tras la intervención del Santo Padre Juan Pablo II, se elaboró un sencillo documento de Orientaciones Pastorales, publicándose más tarde la Carta Apostólica Stella Maris sobre el Apostolado del Mar.
      A través de las parroquias marítimas se creó en este mismo año una asociación de mujeres de pescadores denominada «Rosa dos Ventos», a la que apoya el Apostolado del Mar dándole protagonismo reivindicativo de sus derechos. Ellas son la voz de sus maridos, en la defensa de su dignidad como persona, tanto en su lugar de trabajo como en la defensa de su vida familiar. Cristina de Castro es miembro fundador y coordinadora de dicha asociación.
       Coordinado por Cristina, y en unión con otras asociaciones de  esposas de marinos, a nivel internacional, se tuvo una comparecencia en el Parlamento de Estrasburgo y se realizó el proyecto europeo «FEM» (familias europeas de marinos) con mujeres de Francia, Alemania, Bélgica y Finlandia. Del resultado se elaboró un documento que se presentó ante la Unión Europea y particularmente al gobierno de España, llevándose a cabo una reflexión en varias mesas de Trabajo, con los responsables de los Ministerios implicados, con el fin de mejorar la calidad de vida de estas familias, con graves carencias en el terreno laboral, familiar y social. La finalidad de estos encuentros, y la insistencia permanente de Cristina, era que se redujera paulatinamente la excesiva jornada de trabajo (18-20 horas diarias) y que la permanencia en la mar no fuera superior a 4 meses, y 2 en casa. También se llevó a cabo un programa de Formación Humana y Cultural subvencionado por el Ministerio de Trabajo.
     Promovida también por Cristina y sus colaboradores, se ­publicó, durante varios años, la revista «BOGA» que recoge todas las actividades de la asociación «Rosa dos Ventos».
       Dentro del Apostolado del Mar de nuestra diócesis, y junto con un animoso equipo, se crea en 1997 la oficina llamada “Stella Maris” de atención a todas las necesidades tanto espirituales como económicas y de asesoría de los marineros y sus familias. Magnífica realidad diocesana en la que Cristina ha puesto en los últimos veinticinco años todo su corazón apostólico y que, por su entrega y testimonio de servicio, sigue dando en la actualidad hermosos frutos.
       Descanse en paz la que ha sido un verdadero “ángel” de las gentes de la mar. Que María, Estrella de los Mares, la lleve de su mano ante el Señor de la Gloria y pueda celebrar así la Pascua en la morada eterna.
Mª del Carmen Grobas García (Delegada Diocesana del Apostolado del mar)
Juan José González Estévez (Delegado Episcopal de Apostolado Seglar)

Una vida al servicio de la gente de la mar


 

Fallece en Vigo Cristina de Castro, una vida al servicio del Apostolado del Mar
8 abril, 2020
     Esta mañana fallecía en la residencia de mayores de Moledo, de Vigo, Mª Cristina de Castro García, quien fundara en la diócesis de Tui-Vigo el Apostolado del Mar. Nació en Vigo en 1935 y estuvo vinculada profesional
mente a la Escuela Náutico Pesquera. Mujer excepcional, de recios valores humanos y cristianos que desarrolló en su compromiso apostólico de dedicación total a la lucha en favor de los derechos de las gentes del mar. Su valentía, su fortaleza, sus conocimientos y su fe, unidos a una exquisita sensibilidad y respecto al ser humano, han hecho de Ella una persona ejemplar, querida, respetada y admirada por todos los que la han tratado.
     El Apostolado del Mar en la diócesis de Tui-Vigo, como servicio de la Iglesia a las gestes del mar, ha estado desde sus inicios unido a Cristina. En el año 1955 se crea la Pía Unión del Apostolado del Mar con un grupo de sacerdotes y otro de mujeres para consagrarse al apostolado entre las gentes del mar. El de mujeres, en el que se integra Cristina, se llamó «Legión Ntra. Sra. Stella Maris» con estatutos propios que perdura hasta el año 1984, año en comienza una nueva andadura diocesana del servicio a las gentes del mar. Cristina, que mantiene su consagración como laica, ejerce como responsable diocesana, a la vez que se integra en la Coordinadora Nacional del Apostolado del Mar, presidida por el entonces obispo promotor Mons. D. José Sánchez. En 1988 es nombrada Delegada Nacional para el sector pesquero.
   En el año 1995, Cristina es convocada para participar en Roma en la XIII Reunión Plenaria del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Movilidad, y explicar la situación de la familia marinera. Tras la intervención del Santo Padre Juan Pablo II, se elaboró un sencillo documento de Orientaciones Pastorales, publicándose más tarde la Carta Apostólica Stella Maris sobre el Apostolado del Mar.
   A través de las parroquias marítimas se creó en este mismo año una asociación de mujeres de pescadores denominada «Rosa dos Ventos», a la que apoya el Apostolado del Mar dándole protagonismo reivindicativo de sus derechos. Ellas son la voz de sus maridos, en la defensa de su dignidad como persona, tanto en su lugar de trabajo como en la defensa de su vida familiar. Cristina de Castro es miembro fundador y coordinadora de dicha asociación.
    Coordinado por Cristina, y en unión con otras asociaciones de  esposas de marinos, a nivel internacional, se tuvo una comparecencia en el Parlamento de Estrasburgo y se realizó el proyecto europeo «FEM» (familias europeas de marinos) con mujeres de Francia, Alemania, Bélgica y Finlandia. Del resultado se elaboró un documento que se presentó ante la Unión Europea y particularmente al gobierno de España, llevándose a cabo una reflexión en varias mesas de Trabajo, con los responsables de los Ministerios implicados, con el fin de mejorar la calidad de vida de estas familias, con graves carencias en el terreno laboral, familiar y social. La finalidad de estos encuentros, y la insistencia permanente de Cristina, era que se redujera paulatinamente la excesiva jornada de trabajo (18-20 horas diarias) y que la permanencia en la mar no fuera superior a 4 meses, y 2 en casa. También se llevó a cabo un programa de Formación Humana y Cultural subvencionado por el Ministerio de Trabajo.
    Promovida también por Cristina y sus colaboradores, se ­publicó, durante varios años, la revista «BOGA» que recoge todas las actividades de la asociación «Rosa dos Ventos».
   Dentro del Apostolado del Mar de nuestra diócesis, y junto con un animoso equipo, se crea en 1997 la oficina llamada “Stella Maris” de atención a todas las necesidades tanto espirituales como económicas y de asesoría de los marineros y sus familias. Magnífica realidad diocesana en la que Cristina ha puesto en los últimos veinticinco años todo su corazón apostólico y que, por su entrega y testimonio de servicio, sigue dando en la actualidad hermosos frutos.
    Descanse en paz la que ha sido un verdadero “ángel” de las gentes de la mar. Que María, Estrella de los Mares, la lleve de su mano ante el Señor de la Gloria y pueda celebrar así la Pascua en la morada eterna
 

 

CRISTINA DE CASTRO


Un ejemplo para todos nosotros
Un ejemplo para todos noso

       Ayer se nos fue Cristina de Castro víctima del coronavirus y las restricciones vigentes hacen que no la podamos despedir como se merecía. Aunque ya llevaba algunos meses retirada de la vida activa del su querido Apostolado del Mar, seguía muy atenta e interesada a todo aquello que afectaba a la seguridad y bienestar de los trabajadores del mar.
     Cristina y sus compañeras y compañeros han sido el Alma Mater de ese Apostolado del Mar que demuestra que, desde presupuestos y principios evangélicos, se pueden defender tanto o más que desde el ámbito de la política los derechos de los trabajadores. Una luchadora infatigable a la que conocía desde hace mucho tiempo, desde aquellos años en que el apoyo de Rosa dos Ventos fue esencial y básico en la defensa del descanso semanal en la pesca costera.
      Muchas veces visitó el Parlamento Europeo y otras instituciones insistiendo en que la calidad de vida a bordo de los buques de pesca era un derecho esencial y denunciando siempre la injusticia de las contrataciones subestandard. La fatiga de los marineros fue para ella una obsesión y un objetivo y su espíritu joven e inquieto le hizo participar hasta hace bien poco en todos los grupos de trabajo sobre el crecimiento azul, insistiendo en que solo en una flota renovada y donde se garantizara el espacio y un trabajo de calidad, podía asegurar el futuro del empleo en el mar.
     Deliciosamente cabezota, pero la mayor parte de veces asistida por la justicia y la razón, va a hacer que el mundo del mar la eche mucho de menos, pero su obra queda ahí. Tenía una fe religiosa inconmovible y sus convicciones sobre la justicia social basada en los principios evangélicos eran lo único que le movía.
      Un ejemplo para todos. Hemos perdido a una persona entrañable, pero San Pedro, que era pescador, no lo olvidemos, habrá ganado una colaboradora y esperamos que desde allí nos eche una mano a todos. F. de Vigo09.04.2020

Enrique López Veiga*

*Presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo

miércoles, 8 de abril de 2020


 

 

CRISTINA DE CASTRO
El adiós de una mujer embarcada en la mar
    Esta madrugada falleció una de las mujeres más emblemáticas de nuestra Iglesia de Tui-Vigo Cristina de Castro. Desde este pequeño espacio le dedico mi mas sentido homenaje. 
    Hay personas a las que se les puede definir con ese término que nos invitaba el Papa en el mes misionero: la Iglesia es Misión. O como se nos descubre en la Doctrina Social de la Iglesia: la Iglesia es Caridad. Pues Cristina es misión con la mar y sus gentes, es caridad con los más explotados en este ámbito. Con su pequeño equipo ha llevado por innumerables singladuras la nao del Apostolado del Mar. Recabó ayudas por todas partes y no se olvidó de las mujeres de los marineros con la Asociación Rosa dos ventos. Ahora se la veía frágil, encorvada, sin ese arranque de fuerza que da la juventud, pero con la lucidez de quien tiene en el centro el amor vocacional, el amor de respuesta, ante quien padece y sufre, pues es presencia del Señor.
    En estos días de confinamiento con ella os invito a poner nuestra mirada en aquellos a los que ella ponía en su corazón y que para nosotros nos dan la clave para vivir estos días encerrados.
   Marineros, en todas sus facetas y sectores, que pasan largos meses lejos de sus familias, "encerrados" en un barco que surca inmensos mares. No son el hogar, sino el lugar de trabajo, y sin mas posibilidad que elevar la mirada al horizonte y poner el deseo en volver a casa.
    Las mujeres de los marineros, separadas de los suyos, las madres y padres, los hijos e hijas. La familia que solo se comunican, ahora gracias a los nuevos medios, por teléfono y que ven crecer a los suyos, superar los problemas y afrontar los riesgos sin su  esposo, padre o hijo.
     Los migrantes y refugiados que encuentran en el mar su salvoconducto o el cementerio en el que se acaban las esperanzas de un viaje inacabado. 
     El año pasado, compartimos como cada cuaresma, la oración de las 24 horas. Y sin poder levantar la cabeza por su dificultad para caminar derecha traían su nueva reivindicación. Un equipamiento de salvavidas que era pieza imprescindible para los marineros y que era necesario que llegase a todos.
     La jornada de Voluntariado de Cáritas de Galicia que se celebró en Vigo el año pasado nos permitió visualizar la apertura al mar gracias a los detalles decorativos que con tanto cariño nos entregó para este evento.
   Y como no, postrada delante del Señor Sacramentado en la Ofrenda del Mar que cada año reúne a nuestra diócesis en el Templo Votivo de Panxón y que preside nuestro obispo, promotor del Apostolado del Mar en la Conferencia Episcopal Española.
     Cubierta por el manto de la Virgen María en su advocación del Monte Carmelo en sus procesiones por la Ría de Vigo y las celebraciones en el día de su fiesta.
     Hace unos días el Papa Francisco nos invitaba a meditar el hermoso texto de la tempestad calmada, hoy, en mi recuerdo y oración por Cristina quiero traer este párrafo:
    El Señor se despierta para despertar y avivar nuestra fe pascual. Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados. Tenemos un timón: en su Cruz hemos sido rescatados. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor redentor. En medio del aislamiento donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros, experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado.
   Cristina, tu travesía ha llegado a su fin, en el puerto de tu singladura está el patrón que
guía nuestras vidas y ha convertida la tuya en Misión y Caridad. 
Cristina, gracias por tu generosa entrega y tu amor.
        El sol se duerme en el horizonte, más allá de las Cies, y descansa sereno en espera de un nuevo día.
Xabier Alonso Docampo
Delegado de Acción Caritativa Social
A Franqueira, 07-04-2020

Os invito a entrar en este artículo de la Revista Vida Nueva

martes, 7 de abril de 2020

FALLECE CRISTINA DE CASTRO


Cristina de Castro, una vida al servicio de la gente de mar 

    Cristina, laica consagrada, persona de fe profunda, entregada plenamente al servicio de Dios, llamaba la atención por la devoción con que hablaba de la gente de mar y al mismo tiempo el profundo conocimiento que tenía de su vida y de su trabajo.
    De carácter fuerte, no tenía reparos en abordar a un alcalde, a un director general, a un conselleiro o a un ministro, por defender lo que creía que era justo.
    Su actividad no se limitó a trabajar codo a codo con los pescadores, sino que fue impulsora de la asociación de esposas de pescadores Rosa dos Ventos, que dio a luz el conocido boletín Boga, revisita de gran calidad, tanto por sus artículos, como por su presentación.
    Fue durante años delegada de pesca del Apostolado del Mar para toda España. Siempre acompañada de Mari Carmen Grobas, formaron un tándem incansable. Viajaron por distintos puertos pesqueros de España, con un empuje similar al de San Pablo, animando a potenciar el Apostolado del Mar.
     Consciente de la importancia de defender los derechos de los pescadores más allá de las fronteras españolas, se fue a Bruselas y allí tuvo reuniones con gente de la comisión europea de pesca. Entrando en contacto con mujeres de pescadores de otros países europeos, especialmente de Francia y Países Bajos, crearon una asociación europea, para poder tener más fuerza.
    Ella rechazaba el conformismo y consideraba que no se podía hacer Apostolado del Mar, sin un compromiso firme con los marineros y sus familias y que la defensa de sus derechos era una obligación que de ello se derivaba.
    Fue varias veces invitada al Vaticano, al entonces existente Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, a hablar ante obispos de todo el mundo sobre la vida y el trabajo de los pescadores.
   Era todo un referente en el mundo de la pesca. Luchó para que en los barcos de pesca de altura se controlaran las jornadas de trabajo y por la mejora general de la seguridad y de los períodos de vacaciones de las tripulaciones.
   Con constancia y sin descanso trabajaron en equipo, ella, Maria Carmen y Ricardo Lyon, desde su oficina de Stella Maris, atendiendo también a los marinos mercantes que a ellos acudían.
     Y ya en los últimos años promovió el Centro de los Derechos del Marino en el puerto de Vigo. No había en su vida un espacio que no estuviera dedicado a la gente de mar y sus familias.
    Cristina ahora se ha ido. Dios, que la llamó a servirle entre la gente de mar, ahora la ha reclamado a su reino. Allí se encontrará con mucha gente que la quiso y muy especialmente con tantos pescadores que le fueron precediendo. El nombre de Cristina quedará grabado en la historia del Apostolado del Mar y en nuestros corazones.

Ricardo R. Martos