La vulnerabilidad de la gente de mar
En el año 2020 las Naciones
Unidas declararon una crisis humanitaria para los cientos de miles de marinos
varados en el mar con motivo de la pandemia del Covid-19. Dos años después la
guerra en Ucrania, ha puesto nuevamente de relieve la vulnerabilidad de la
gente de mar.
Se estima que con la guerra alrededor de 1.500 marinos quedaron
atrapados a bordo de los barcos, temiendo por sus vidas, añorando a sus
familias y luchando por sobrevivir con pocas provisiones, falta de agua potable,
calefacción y electricidad.
El impacto de la guerra para la gente de mar de Ucrania ha significado la inseguridad laboral, la preocupación por el desplazamiento y la separación de sus familias, el no saber cuándo y cómo podrían regresarán a casa e incluso en algunos casos, temer por sus vidas.
La situación en Ucrania es devastadora. El Mar Negro se ha vuelto
virtualmente intransitable para los buques, dejando a miles de marinos en el
fuego cruzado. Estamos presenciando abusos contra los derechos humanos y
crímenes de guerra contra la gente de mar. Human Rights at Sea (ONG del Reino
Unido) está trabajando para garantizar que los intereses de la gente de mar
estén representados durante el conflicto, que se les permita llegar a lugares
seguros y que cuando se violen sus derechos humanos puedan obtener justicia.
Stella Maris de Odessa, desde el comienzo de la guerra, se mantuvo en
contacto con algunos capitanes de barcos que se hallaban en puertos del Mar
Negro, asistiéndoles en la medida de lo posible y brindando asistencia para
transportar a las esposas e hijos de los marinos a la frontera de Ucrania, para
su posterior evacuación. Asimismo, han organizado ayuda humanitaria para
marinos jubilados y recientemente han implementado un “Proyecto Mental” de apoyo
a la gente de mar y sus familias, que han quedado psicológicamente muy
afectadas por la guerra.
Por otra parte, Stella Maris de Gdinya (Polonia) ha acogido en Kashuby,
un resort en plena naturaleza, a decenas de familias de marinos que huyeron de
las zonas de guerra. Allí les facilitan: alojamiento, comida y ropa, así como
acceso libre a Internet para comunicarse con sus seres queridos.
Tanto la labor en Odessa, como en Kashuby han sido y son posibles
gracias a las ayudas económicas de diversas fundaciones del Reino Unido y a
través de aportaciones solidarias de los Stella Maris de todo el mundo.
En Barcelona hemos encontrado marinos que desembarcaban y deseaban volar precisamente a Polonia para reunirse con sus familias, habiendo
facilitado desde Stella Maris la compra
de los billetes de avión, dado que ellos con sus tarjetas de crédito no podían
hacerlo. El ofrecerles nuestra red wifi o tarjetas sim para poder hablar con
sus familiares ha sido y es también una importante ayuda.
A bordo de los buques coinciden con
frecuencia marinos rusos y ucranianos juntos, lo cual en ciertos momentos habrá
representado sin duda momentos de tensión. Sin embargo, en general, hemos
detectado que el sentido de tripulación ha predominado sobre el efecto de la
guerra, al margen de que, de alguna manera, el pueblo siempre es víctima de
cualquier guerra.
Podríamos aquí ahora aprovechar para hacer una breve reflexión sobre la
vulnerabilidad de la gente de mar y de lo necesitados que están de asistencia y
de que se les ayude a salir del aislamiento que sufren.
Recordemos lo que significó la pandemia para muchas tripulaciones, que
pasaron meses sin poder desembarcar y ni tan siquiera pisar tierra, con
dificultades para comunicarse con casa, a veces con familiares enfermos de
Covid, muy frecuentemente con trabas administrativas para poder regresar a sus
países de origen.
Pensemos que los marinos están en continuo movimiento, que las escalas
en puerto suelen ser breves y los muelles cada vez más lejanos a la ciudad. No
es fácil para el marino disponer del tiempo y la oportunidad para salir a
tierra, para comprar objetos personales, para desconectar un rato de la vida de
a bordo. Ante cualquier necesidad, se le plantea el interrogante sobre cómo
satisfacerla, teniendo en cuenta además que frecuentemente no sabe cuál será el
siguiente puerto de destino, ni cuantos días le llevarán llegar hasta él.
Cuán importante que en los puertos haya un servicio de asistencia a las
tripulaciones. La OIT lo indica así y la OMI repite una y otra vez que el
bienestar de las tripulaciones es básico para el buen funcionamiento del
tráfico marítimo.
De esa gente
de mar vulnerable depende en gran medida el abastecimiento de nuestra sociedad,
el desplazamiento de muchas personas. 20 diciembre, 2022
Ricardo Rodríguez Martos ( Director Nacional Stella Maris-Apostolado del mar)
No hay comentarios:
Publicar un comentario