miércoles, 21 de noviembre de 2018

ORACION


Oración para el Día Mundial de la Pesca
(21 de noviembre de 2018)
Oh Dios, Padre y Señor del universo,
te alabamos y te bendecimos por haber creado al hombre y a la mujer, llamándolos a colaborar en la obra de la creación mediante el trabajo. En este Día Mundial de la Pesca, te pedimos humildemente que bendigas y protejas a todos los que se ocupan de la producción, del procesamiento, de la distribución y del comercio de lo que se ha pescado, contribuyendo a la seguridad alimentaria, al crecimiento económico y a la reducción de la pobreza. Te imploramos con confianza de hijos: que cesen los abusos físicos y verbales, la explotación indiscriminada de los pescadores, que incluye numerosos casos de trabajo forzado, el tráfico de seres humanos y la desaparición en el mar. Líbranos de estos males que contaminan la belleza de la vida, del mar y del trabajo, tus preciosos dones que debemos custodiar con ternura.
Oh nuestro Señor Jesucristo,
     Tú exhortas a tu Iglesia a escuchar el grito de dolor de los pescadores, que ven cómo se pisotean sus derechos humanos y sus libertades fundamentales, y a proclamar con audacia profética la necesidad de que sean respetados y observados. Con el corazón en la mano te pedimos que ilumines las mentes de los gobernantes de todo el mundo, para que ratifiquen los instrumentos internacionales adoptados y aprobados por los países miembros de los organismos especializados de las Naciones Unidas, para poder cambiar radicalmente la vida de los que trabajan en la pesca, de sus familias y el estado ambiental de los recursos pesqueros. Tú, que mediante tu pasión, muerte y resurrección, nos has liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte, haz que ningún individuo permanezca en estado de esclavitud o servidumbre. Que cada persona tenga derecho a trabajar, a la libre elección de un empleo, a condiciones de trabajo justas y favorables, y a la protección contra el desempleo. Que toda persona, sin discriminación, tenga derecho a igualdad de retribución para un mismo trabajo, a una remuneración justa y satisfactoria que le garantice a ella y a su familia una existencia en conformidad con la dignidad humana e integrada, si es necesario, por otros instrumentos de protección social. Que toda persona tenga derecho a fundar sindicatos y afiliarse a ellos para la defensa de sus intereses. Que estos derechos humanos fundamentales de los pescadores estén siempre salvaguardados. ¡Por todo esto te pedimos, Señor!
        Espíritu Santo,
 que aleteas sobre las aguas del mar, convierte la mente y el corazón de esa pequeña parte de la industria pesquera que sigue siendo despiadada y antepone el beneficio económico a las personas. Recuérdales que la persona viene antes del beneficio y que el trabajo le da dignidad al hombre.
      Oh Bendita Virgen María,
 Estrella de los Mares, ayúdanos a trabajar juntos para detener el tráfico de seres humanos y el trabajo forzado en el mar, a mejorar las condiciones laborales y de seguridad, y a combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, creando un sector pesquero sostenible desde el punto de vista social, ambiental y comercial.
      Padre, mediante tu Hijo Jesucristo, que gobierna el barco de Pedro, y con la ayuda del Espíritu Santo, nos conduces entre dificultades y travesías al Puerto celestial. A ti la alabanza, la gloria y el honor hoy y en la eternidad. Amén. ¡Aleluya!

21 de noviembre día de los pueblos pescadores

Mensaje para el
Día Mundial de la pesca
(21 de noviembre de 2018)
    El Día Mundial de la Pesca se instituyó en Nueva Delhi, India, el 21 de noviembre de 1997 cuando, por primera vez, representantes de pescadores artesanales, en pequeña escala y trabajadores del sector pesquero de 32 países se reunieron para fundar una organización internacional de pescadores, y se comprometieron a apoyar políticas de pesca y prácticas sostenibles a nivel mundial y la justicia social.
      Para valorar la importancia de la celebración del Día Mundial de la Pesca, basta con examinar los datos presentados por la FAO en 2016, que indicaban que 59,6 millones de personas trabajaban (a tiempo completo, a tiempo parcial u ocasional) en el sector pesquero y de la acuicultura. Casi el 14% de estos trabajadores eran mujeres. La gran mayoría de la población empleada en estos sectores procedía de Asia (85%), seguida de África, América Latina y el Caribe, suministrando alrededor de 171 millones de toneladas de pescado al mercado mundial, y generando un valor de primera venta de producción que se estima en 320 mil millones de dólares. Las cadenas mundiales de valor del pescado, que incluyen la producción, el procesamiento, la distribución y el comercio de pescado, proporcionan medios de sustento a aproximadamente 820 millones de personas. El consumo de pescado proporciona a unos 3.200 millones de personas casi el 20 por ciento de sus proteínas animales.
     Sin embargo, innumerables y persistentes cuestiones complejas se esconden tras estas significativas cifras, que revelan la importancia y las aportaciones de los sectores pesqueros a la seguridad alimentaria, al crecimiento económico y al alivio de la pobreza. En los primeros puestos de la lista, además de los abusos físicos y verbales, cabe destacar la explotación masiva de pescadores, incluyendo numerosos casos de trabajo forzado, la trata de seres humanos y la desaparición en el mar. Podemos observar un vínculo directo entre todos estos abusos y el uso de banderas de conveniencia, la Pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), el crimen transnacional. Además, no debemos olvidar el reto de la sostenibilidad de las poblaciones de peces, la contaminación y otros problemas ambientales.
     Desde esta angustiosa y dolorosa realidad, los pescadores piden ayuda y, como Iglesia, no podemos taparnos los oídos, no podemos permanecer en silencio.
     En el 70° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH): deseamos reafirmar el principio del Artículo 4 de “Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”. Asimismo, deseamos recordar el Artículo 23, que dispone lo siguiente:
    1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
    2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
     3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
    4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.
    ¡Estos derechos laborales fundamentales son derechos humanos y también deben ser los derechos de los pescadores!
     Conscientes de las numerosas cuestiones problemáticas en materia de pesca, los países
miembros de los organismos especializados de las Naciones Unidas1 han adoptado y respaldado varios instrumentos internacionales que, de ser ratificados y plenamente implementados por todos los estados, podrían cambiar drásticamente la vida de los pescadores, de sus familias y el estado ambiental de los recursos pesqueros.
    La industria pesquera, que es considerada por muchos como el principal culpable de las difíciles condiciones de trabajo y de vida de los pescadores, se compromete a resolver estos problemas con la certificación de productos, mientras que la sociedad civil y los consumidores están pidiendo a los minoristas que sean más responsables en sus negocios y que actúen con la diligencia debida en toda su cadena de suministro.
     Sin embargo, al leer los informes de los medios de comunicación sobre el tema y, sobre todo, escuchando las desgarradoras historias relatadas por los capellanes y los voluntarios del Apostolado del Mar en todo el mundo, parece que todos estos esfuerzos no son suficientes, porque el número de gobiernos que ha ratificado los instrumentos internacionales es todavía muy bajo, y en algunas zonas más pequeñas, la industria pesquera todavía padece las consecuencias de la crueldad de los responsables políticos, cuyo único objetivo es sacar el máximo provecho económico.
     Como Iglesia, nos gustaría recordar la exhortación del Papa Francisco, que la persona debe tener prioridad sobre el beneficio: “... Detrás de cada actividad hay una persona humana. [...] La centralidad actual de la actividad financiera en comparación con la economía real no es aleatoria: detrás de esto está la elección de alguien que piensa, erróneamente, que el dinero se hace con dinero. El dinero, dinero real, se hace con trabajo. Y el trabajo le da la dignidad al hombre, no el dinero”2.
    Al celebrar el Día Mundial de la Pesca, y dado que esperamos poder incrementar la sensibilización sobre la situación de los pescadores y generar cambios fundamentales en sus vidas, nos gustaría hacer un llamamiento a los organismos internacionales, que se unan dejando de lado las diferencias, el antagonismo y la rivalidad para desarrollar una hoja de ruta hacia una extensa ratificación e implementación de los instrumentos internacionales. Esta cooperación debe llevarse a cabo a nivel mundial, regional, nacional y local, y debe garantizar la participación de la sociedad civil, la industria y los minoristas, las ONG, los sindicatos y la Iglesia.
    Trabajando juntos, podemos acabar con la trata de seres humanos y el trabajo forzado en el mar, mejorar las condiciones laborales y la seguridad, y luchar contra la pesca INDNR, con la esperanza de crear un sector pesquero sostenible desde el punto de vista social, ambiental y comercial.
    Es un gran reto, pero también es la única esperanza que tenemos para reafirmar la promoción del “respeto universal y la observancia de los derechos humanos y las libertades fundamentales” 3 en la industria pesquera mundial.
Cardenal Peter K.A. Turkson
                                                                                                                                                 Prefecto

El Brexit y la pesca en caladeros británicos


El Gobierno admite que el Brexit afectará a los planes de negocio del sector pesquero

    El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha admitido en el Senado que la falta de un acuerdo del Brexit con la Unión Europea afectará a los planes de negocio del sector pesquero español. Además, aseguró que si la flota española no puede seguir faenando en los caladeros británicos habrá que poner en marcha «medidas de contingencia».
      Planas ha explicado cómo está la situación actual de la negociación, en respuesta a una pregunta del senador del Grupo Vasco
El ministro Luis Planas admite que si no hay acuerdo habrá que adoptar «medidas de contingencia», José María Cazalis, sobre «las medidas que está tomando el Gobierno para evitar las posibles consecuencias negativas del Brexit en el sector pesquero del Estado español».
      El ministro afirmó que hay una «incertidumbre» sobre el resultado final de las negociaciones y que el Gobierno está preparando «una respuesta para cualquier posible escenario». Una situación que afecta a los barcos españoles que pescan en los caladeros británicos, los barcos de pabellón inglés y capital español y los barcos españoles en las islas Malvinas».
    La clave de la negociación es la reciprocidad del acceso a las aguas inglesas y el acceso de los productos británicos al mercado europeo. El objetivo prioritario es mantener el acceso a los recursos pesqueros, aseguró Planas, «en las mismas condiciones que ahora. Si hay acuerdo habrá un periodo transitorio hasta diciembre de 2020», en el caso de que no lo haya se aplicaran medidas para amortiguar los perjuicios.
Casi cien barcos españoles
      El senador vasco había advertido de que hay que intentar vincular el acceso a los caladeros con la existencia o no de aranceles para los productos pesqueros del Reino Unido. En el caso de que se vete el acceso habría que implantar este obstáculo para la entrada de productos en la Unión Europea.
     En el caso de España, afectará a las capturas que se pescan en la zona: merluza, gallo y rape, con el consiguiente perjuicio a corto plazo para el consumo en España. La más afectada será la merluza, ya que en estas aguas se pescan 4.000 toneladas de las 9.000 que se obtienen en estas aguas jurisdiccionales inglesas.
     Los barcos de bandera española que tienen actividad en esta zona son 92,a los que hay que sumar otros 23 con licencias en Malvinas. El volumen total de pesca asciende a 27 millones de euros, que se corresponden con las 9.000 toneladas capturadas. De ellas, 4.000 son merluza y el resto gallo y rape, fundamentalmente. Solo por la venta de la merluza los ingresos son de 14 millones de euros al año

Dia de los pueblos pescadores




     La llamada “Conferencia de nuestro océano”, organizada cada año por los gobiernos y el sector privado, es un evento creado a partir de un enfoque completo y puramente capitalista, mercantilista y financiero, que apoya la agenda del “crecimiento azul”. Este año, en Bali (Indonesia), mientras las corporaciones transnacionales y los gobiernos discutirán soluciones financieras y basadas en el mercado para el Océano, los movimientos de pescadores no serán invitados a participar. Por lo tanto, nuestras voces no se escucharán en una conferencia que discute sobre el medio marino, o en otras palabras, los recursos de los que dependen nuestros medios de vida y cultura: ¡es inaceptable!

      Los pescadores indonesios, las comunidades costeras y sus aliados de las OSC están organizando su propio evento, la “Conferencia de Gente del Océano”, para luchar contra el acaparamiento de los océanos y por la soberanía alimentaria. WFFP apoya completamente la iniciativa de su miembro KNTI en la organización de este evento

       Rechazamos el marco de trabajo de la Economía Azul de las instituciones financieras internacionales y las corporaciones transnacionales, que promueven el acaparamiento oceánico, eliminan a los pescadores a pequeña escala de sus recursos y socavan los medios de vida de las comunidades costeras. Rechazamos el marco de la “Conferencia de nuestro océano”: vender el océano no lo salvará. ¡Somos el océano, somos la gente! October 25, 2018 | Statement |https://www.facebook.com/oceanspeopleconference/).