Los Capellanes y voluntarios del
Apostolado del Mar llevan consuelo y esperanza a los marineros y pescadores.
Ciudad del Vaticano (Viernes, 28-06-2019, Gaudium
Press)
El Papa Francisco recibió en
audiencia a los sacerdotes que atienden pastoralmente a los marineros a través
del Apostolado del Mar y anunció que les concedió una herramienta para que
puedan levantar sanciones especiales en casos de conciencia que normalmente
requieren la intervención de un Obispo o de la Santa Sede, en atención a las
condiciones de vida y aislamiento en alta mar.
"Muchos
marinos acuden o acudirán a capellanes sacerdotes con problemas de conciencia
que los hacen sufrir mucho porque nunca han tenido la oportunidad de tratar con
ellos", indicó el Pontífice durante la reunión, realizada el pasado 27 de
junio, según reportó Crux. "En estas situaciones, lejos de casa, de sus
países, en las situaciones que hemos descrito, quizás un diálogo con el
capellán abra un horizonte de esperanza".
El consejo del Papa a los
Capellanes en estos casos es: "Sean misericordiosos". "Para ayudarles
con esta misericordia, concedo a todos los Capellanes de la gente de mar los
mismos permisos que les di a los 'Misioneros de la misericordia', para que
puedan ayudar a muchos corazones a encontrar la paz interior", anunció el
Pontífice.
Esta facultad especial, creada
en 2015 con motivo del Año de la Misericordia, concedió a un grupo de
sacerdotes la autoridad de levantar la pena de excomunión impuesta de manera
automática en caso de realizar o cooperar con un aborto, así como la de
levantar otras sanciones canónicas. Los marineros y pescadores a quienes sirve
el Apostolado del Mar frecuentemente enfrentan situaciones de peligro, padecen
el alejamiento de su familia y seres queridos y frecuentemente condiciones de
trabajo duras y mal remuneradas, a pesar de desempeñar labores importantes para
la sociedad, recordó el Papa: "Sin marineros, la economía global se
paralizaría; y sin pescadores, muchas partes del mundo se morirían de
hambre".
El Pontífice destacó la
importancia del Apostolado, que brinda consuelo a la gente de mar y una
oportunidad de escucha, muy agradecida por los creyentes. "Este es el
primer y más precioso servicio que brinda, sobre todo para aquellos que tienen
pocas oportunidades similares", destacó el Papa. La labor de los
Capellanes y voluntarios "es un signo de la paternidad de Dios y el hecho
de que, a sus ojos, todos somos hijos, hermanos y hermanas unos de otros".
Con información de Crux.
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