Oración para el Domingo del Mar
(14 de julio de 2019)
Oh
Dios, Padre de inmensa ternura, mar infinito,
te damos gracias por el trabajo del
millón y medio de marinos que surcan los océanos y los mares transportando
cerca del 90% de los bienes de un país a otro, garantizando nuestra comodidad y
nuestro bienestar.
Tú sabes que su vida está plagada de
retos y adversidades, al no tener la oportunidad, debido a los reducidos
tiempos de descarga y carga, de bajar a tierra para relajarse y aliviar la
presión a la que están sometidos debido a las durísimas condiciones de su
trabajo, agravadas por la continua amenaza que representa la piratería, y ahora
también por el riesgo de ataques terroristas.
Sostenlos con Tu bendición en su
trabajo, que les obliga a vivir, durante meses y meses, en el espacio confinado
de una embarcación, lejos de sus familias y de sus seres queridos, a veces sin
percibir su salario.
La presencia de los capellanes y de
los voluntarios en los puertos nos recuerda constantemente Tu paternidad y el
hecho de que ante Ti somos todos hijos y hermanos; nos recuerda el valor
primordial de la persona humana antes y por encima de cualquier interés.
Oh
Señor nuestro Jesucristo, Divino Timonel,
como el Padre Te envió, así Tú sigues
enviando hoy día a capellanes para llevar Tu Buena Nueva al complejo y
multiforme mundo marítimo.
Haz que su corazón se parezca al Tuyo,
para que con compasión y discreción escuchen las preocupaciones materiales y
espirituales de los marinos y de los pescadores.
Por Tu gracia puedan abrir horizontes
de esperanza, sembrando a manos llenas Tu misericordia en el Sacramento de la
Reconciliación, que colma de paz el corazón.
Oh
Santo Espíritu, que se cierne sobre las aguas del mar
, asiste a los capellanes y a los
voluntarios del Apostolado del Mar para que, durante sus visitas cotidianas a
bordo, presten especial atención y entren en contacto con cada marino y
pescador, con empatía, creatividad pastoral y ternura.
Haz
que reconozcamos en los rostros de los marinos de varias nacionalidades el
rostro de Tu Hijo, Jesucristo, haciéndolos capaces de hablar el lenguaje del
amor que acoge a todos.
Por Tu gracia, a través de su
apostolado, se puedan evitar el aislamiento y la depresión de los marinos que,
asociados a un ambiente desfavorable, pueden afectar negativamente a su salud
mental, a veces, con consecuencias trágicas y desgarradoras para sus familias,
para los miembros mismos de la tripulación y también para los armadores.
Dónales luz y fuerza para promover un
trabajo respetuoso con la dignidad de la persona y la audacia profética de
denunciar las injusticias de los armadores sin escrúpulos, que en muchas partes
del mundo hacen que las condiciones de trabajo a bordo sean inhumanas. Haz que
redoblen sus esfuerzos para afrontar cuestiones que con demasiada frecuencia
son el resultado de la codicia humana: la trata de personas y el trabajo
forzoso.
Concede sabiduría y discernimiento a
las Organizaciones internacionales, a las autoridades gubernamentales y a los
diversos sujetos de la industria marítima, para que realicen esfuerzos
adicionales a fin de proteger y salvaguardar los derechos de quienes trabajan
en el mar.
Haz que en caso de accidentes en el mar, no se
criminalice y detenga a los marinos, privándolos de la protección eficaz de la
ley y de los beneficios de un trato justo.
Oh
Santísima Virgen María, Stella Maris,
fortalece, inspira y guía cada acción
de los capellanes y de los voluntarios, y extiende tu maternal protección a
toda la gente del mar. Gloria, alabanza y honor a Ti, Padre, que a través de Tu
Hijo Jesucristo en el poder del Espíritu Santo, nos guías al puerto de todas
nuestras esperanzas en medio de dificultades y adversidades. Amén. ¡Aleluya!
Inspirada
por el Mensaje del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y
el Discurso del Santo Padre a los participantes en el encuentro de Capellanes y
Voluntarios del Stella Maris - Apostolado del Mar, 27.06.2019
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