La gente de mar se
enfrenta a retos adicionales debido a pandemia
El Cardenal Peter
Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano
Integral dirigió un mensaje este domingo 12 de julio con ocasión de la
celebración del Domingo del Mar, para recordar y rezar de una manera especial,
por la gente del mar, que trabaja lejos de su país, de sus seres queridos y de
la Iglesia local.
Ciudad del Vaticano
El Cardenal Turkson inicia su mensaje
citando al Papa Francisco en el Momento extraordinario de oración, del
pasado 27 de marzo de 2020: “Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos
sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos
en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo,
importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de
confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos”, y expresó: “Nuestro
sentimiento está con los familiares y los amigos de las innumerables víctimas
del coronavirus (entre ellos muchos marinos) y nos sentimos afligidos y
desorientados por las incertidumbres con respecto al futuro”.
Covid-19 y aporte de la industria marítima
Turkson subraya el aporte de la industria
marítima que “prosiguió su actividad, añadiendo una multitud de retos a la vida
de los marinos, que de por sí ya suele ser bastante problemática, ysituándoles
en el frente de la lucha contra el coronavirus. Los buques, que transportan
alrededor del 90% de los productos que nos permiten llevar una vida normal en
estas difíciles circunstancias, como productos farmacéuticos o equipamientos
médicos, siguieron navegando”.
Domingo del Mar,
ocasión para valorizar el papel de los marinos
El prefecto señaló que “A pesar de que los
marinos desempeñan un papel fundamental en la economía mundial, contribución
importante y necesaria que las organizaciones e instituciones han intentado
enfatizar durante la crisis del COVID-19, las actuales legislaciones y la
política dominante no les ha otorgado la consideración que se merecen. Por esta
razón, el Domingo del Mar es una oportunidad, que se nos brinda, para
revalorizar el papel de los marinos y recordar algunos de los problemas que
afectan negativamente su vida; problemas que se ven agudizados por la sospecha
y el temor al contagio”.
¿Cómo afecta la pandemia la vida de los marinos?
El Cardenal Turkson subraya en su mensaje
que la actual situación de emergencia afecta a los marinos por “la ampliación
de su período de trabajo” y “una prolongada ausencia de sus seres queridos y de
la comodidad de sus hogares”. A esto se añade la finalización de los contratos,
que muchas veces está sucediendo cuando se encuentran en altamar. También están
las dificultades para acceder a los puertos y obtener atención médica.
Derechos laborales y violencia
En el mensaje, Turkson subraya que
“Debemos también lamentar el hecho de que, mientras los marinos garantizan, con
dedicación y enormes sacrificios personales, el continuo funcionamiento de las
cadenas de suministro, algunos armadores, agencias de tripulaciones y directivos
sin escrúpulos, utilizan la excusa de la pandemia para ignorar sus obligaciones
hacia estos marinos, negándose a garantizarles sus derechos laborales, los
salarios adecuados y la promoción de un entorno laboral seguro para todos”.
El purpurado afirma que “Según un informe,
durante los tres primeros meses de 2020 se ha registrado un incremento del 24%
en el número de ataques e intentos de secuestro por parte de piratas, con
respecto al mismo período de 2019. Al parecer, el coronavirus no ha logrado
detener los robos a mano armada, que siguen representando una amenaza para los
marinos”.
Domingo del Mar y la opción preferencial por los
pobres
Turkson insiste en que “la celebración del
Domingo del Mar, especialmente por parte de los cristianos, es un llamamiento a
la “opción preferencial por los pobres” marinos, una opción a vivir en
solidaridad con ellos”. El cardenal termina su mensaje citando el mensaje del
Secretario General de la OMI, Kitack Lim: “No estáis solos. No os hemos
olvidado”.
Oración inspirada en el Mensaje
para el Domingo del Mar (12 de julio de 2020) del Dicasterio para el Servicio
del Desarrollo Humano Integral
Oh
Bienaventurada Virgen María, signo del rostro maternal de Dios,
Con
confianza filial nos dirigimos a Ti en la actual pandemia.
Guarda en
Tu inmaculado Corazón a los marinos,
pescadores
y a sus familiares,
que
gracias a su trabajo garantizan,
a la familia humana, alimentos
y otros
géneros de primera necesidad.
Signo
de la cercanía del Padre,
sostenlos
en las dificultades y protégelos de todos los peligros:aislamiento y grave estrés físico y mental,
largos períodos embarcados, la prolongada
ausencia de los familiares, de los amigos y del propio país,
el miedo al contagio,
los intentos de secuestro por parte de los piratas,
los robos a mano armada
Signo de la
misericordia del Hijo,
ayuda a
los capellanes y a los voluntarios de Stella Marisa escuchar a la gente de mar,
tratando de responder a sus necesidades materiales y espirituales,
estando a su lado, aliviando sus preocupaciones,
defendiendo sus derechos laborales y luchando contra la discriminación.
Signo de la fecundidad del Espíritu y
abogada de los navegantes,
Reconduce
al camino de la justicia a los armadores, a las agencias de tripulaciones y directivos sin escrúpulos,
que utilizan la excusa de la pandemia
para ignorar sus obligaciones hacia la gente de mar.
Haz que seamos solidarios con los que han perdido sus ingresos.
Signo de consuelo y de segura,
esperanza
abraza con
ternura a las víctimas del coronavirus,especialmente a los marineros que se suicidaron.
Estrella del Mar, reza por nosotros. ¡Amén!
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