sábado, 20 de marzo de 2021

 Gente de Mar: ¿vacunación preferente?

Stella Maris Barcelona

     Vivimos unos momentos muy especiales con muchas sensibilidades a flor de piel. Llevamos casi un año soportando una pandemia que jamás habríamos esperado y en estos momentos estamos haciendo frente a la llamada tercera ola, con una tasa muy alta de hospitalizados y de muertes.

      En medio de este panorama tan preocupante surge una luz de esperanza: La vacunación, que debe ser el principal camino para superar la pandemia.

     Ante las dificultades que suponía vacunar a toda la población se decidió que debía darse preferencia al personal sanitario, fácilmente susceptibles de contagiarse y a los ancianos de las residencias. Después debía seguir el resto de la población por franjas de edad y en función de situaciones especiales de riesgo.

      Los problemas logísticos y de suministro de las vacunas han llevado, sin embargo, a una importante revisión de las expectativas a la baja, dando pie a un debate sobre quien debe realmente considerarse preferente a la hora de vacunarse.

     Y en medio de este panorama tenemos a la gente de mar, las tripulaciones de los barcos.

    Es de sobras sabido que la pandemia ha dejado retenidos en los barcos a un ingente número de marinos (se han llegado a estimar unos 400.000). Eso se ha producido en gran parte debido a las restricciones imperantes en muchos puertos, que han impedido el desembarque de tripulaciones para ser repatriadas y también al cierre de muchos aeropuertos.

    A lo largo de 2020 a través de distintas organizaciones y asociaciones nacionales e internacionales, incluidas la OMI y la OIT se pidió reiteradamente que se declarara a la gente de mar trabajadores clave, aunque con poco éxito.

      Hay que tener además en cuenta que, al margen de la retención indefinida de marinos a bordo de los barcos, que ha impedido el regreso al hogar, se ha dado y se da la circunstancia de que, ante el riesgo de contagio, la mayor parte de las compañías no autorizan a sus tripulaciones a bajar a tierra en los puertos, lo cual supone, pasar meses sin pisar tierra. Todo ello expone a los marinos a una fatiga física y psicológica muy grande.

    Con fecha 1 de diciembre del pasado año, la asamblea general de las Naciones Unidas exhortó a los países miembros que designaran a los marinos como trabajadores clave. 45 estados miembros (entre ellos España) así lo han hecho y se han comprometido a adoptar las medidas necesarias para asegurar el tránsito de marinos, tanto para ser repatriados como para poder embarcar, y velando por que tengan la cobertura médica necesaria.

     Esta resolución de la Naciones Unidas podría desempeñar un papel importante a la hora de otorgar a la gente de mar un acceso prioritario a una vacuna segura, como ha declarado el propio secretario general de la OMI, Kitack Lim.

     Es evidente que la situación en el ámbito marítimo, derivada de la pandemia, se vería muy aliviada si los marinos estuvieran vacunados contra el Covid 19:

• Para la gente de mar supondría que podrían ser relevados puntualmente y regresar a sus hogares y también disfrutar de un tiempo de ocio durante las escalas en los puertos, con todo lo que ello representa para su bienestar.

• Para las navieras, la tranquilidad de no tener que afrontar casos de contagio a bordo, el poder ir renovando convenientemente las tripulaciones y una consiguiente mejora de la seguridad.

• Para los gobiernos, la certeza de que el tránsito de esas personas a nivel internacional no supondría riesgo de contagios. Entendemos que la insuficiencia de vacunas disponibles da pie a muchas sensibilidades y a muchos recelos. Con todo, creemos que a nivel internacional se debería plantear la posibilidad de dar un relieve especial a la vacunación a la gente de mar.

• Para los puertos, una ayuda para normalizar el tráfico marítimo.

Ricardo Rodríguez-Martos

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