miércoles, 12 de junio de 2019

Hemeroteca de la Vanguardia 1928


APOSTOLADO DEL MAR LA UNION HACE LA FUERZA
LA VANGUARDIA  Edición del viernes,  20 enero 1928, página 11

        Es evidente que la fuerza proviene y surge de una continua acción, sobre todo con respecto al servicio católico para marinos y mucho más notoriamente que en otras organizaciones para fines espirituales. Ningún centro de servicio marino puede funcionar  satisfactoriamente, si es una fundación aislada: este es un axioma. Nuestra clientela marítima circula por el mundo incesantemente y a fin de socorrer efectivamente las «Congregaciones flotantes de la Iglesia marítima», es menester que haya cooperación a sus ayudantes en los puertos. La estancia del marino en cada puerto es breve. Escasamente ha visitado el Club, Instituto o los celadores, bajo la influencia de sus amigos, cuando forzosamente tiene que zarpar para su continuo viaje. Es de una altísima importancia la comunicación recíproca entre los diferentes centros de servicio, notificando cada cual su movimiento por lo menos de los mayores grupos marinos católicos y dando así oportunidades a cada una para alistamiento en el Apostolado de Mar.

      Un importante desarrollo se ha verificado en la vasta esfera de la concertada acción organizadora del movimiento internacional por medio de la completa fusión de fuerzas de las dos Asociaciones que se han ajustado en el trabajo de los marinos católicos: el A. del M. y la Asociación de San Vicente de Paúl (Sección del trabajo de marinos). Cuando se hayan recogido y publicado los detalles de este notable adelanto en la organización del movimiento del servicio marítimo católico, se verá que el impulso obtenido por esta unión de fuerzas, garantiza completamente la futura estabilidad y éxito de esta creciente organización de servicios para nuestros muy olvidados marinos católicos. Al revisar nuestras fuerzas, vemos el probado entusiasmo y celo de nuestros marinos católicos y fortificados con ellos nos encaramos en el nuevo Año, con nuestra causa. Debemos reproducir aquí el mensaje enviado por Su Santidad Pío XI a la A. del M. en 1922: «El Santo Padre se oomplace en invocar las más escogidas gracias del cielo y bendecir con un especial afecto paterno a todos aquellos que, por sus oraciones, ofrecimientos y servicios individuales contribuyen a su final éxito, para la mayor gloria de Dios y propagación de su santo reinado entre las almas.»

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