lunes, 9 de octubre de 2017

XXIV Congreso Mundial del Apostolado del mar en Taiwan

La Archidiócesis de Santiago de Compoestela,
presente en el XXIV Congreso Mundial del Apostolado del Mar en Taiwan

     El XXIV Congreso Mundial del Apostolado del Mar, que se celebra del 1 al 7 de octubre en la ciudad de Kaohsiung en Taiwan, lleva el título ‘Caught in the net‘ (Atrapados en la red) y aborda el tema de la pesca, el tráfico de seres humanos y trabajo forzado, que afecta también a mujeres y niños.
      El congreso ha sido organizado por el Apostolado del Mar, que se encuentra dentro del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, en colaboración con la Conferencia Episcopal de Taiwan, de la embajada de Taiwan ante la Santa Sede y por el Ministerio de Exteriores de Taiwan, evento en el que participan más de 250 personas de al menos 52 países.
      El motivo por el cual fue elegido un país de Oriente, fue porque “según las estadísticas de la FAO, de los 53 millones de personas que se dedican a la pesca el 84 por ciento son asiáticos, el 10 por ciento provienen África y el 4 por ciento de América Latina y el Caribe, mientras que Europa y Oceanía no tienen ni siquiera el uno por ciento. Por lo tanto era lógico hacerlo en Asia”.
       Es importante destacar también que “el Apostolado del Mar es uno de los socios fundadores del International Christian Maritime Association (ICMA) que reúne 28 denominaciones cristianas que trabajan en el Mar, anglicanos, baptistas, etc”. Y que “en el congreso estará también el secretario general del Icma, un canadiense baptista”.
       Participarán en el evento representando a la Santa Sede el cardenal Petter Turkson, prefecto del Dicasterio; el cardenal Charles Bo, de Myanmar; y Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias.
Hay que poner de relieve que “los voluntarios del Apostolado del Mar visitaron en el último año unos 70 mil barcos, lo que significa haber tomado contacto con casi un millón de personas. Hoy con el sistema de containers los barcos se quedan pocas horas en los puertos y estos  atracan cada vez más lejos de la ciudad, dificultando el contacto de la tripulación con la tierra firme. Destacar que los marineros tienen poco tiempo incluso para comprar elementos de primera necesidad, o solo tienen dólares lo que les dificulta pagar en algunos países. Los pescadores no tiene horarios, cuando encuentran el banco de peces se pesca y basta.  Un europeo por quinientas libras esterlinas no trabaja en el sector, en cambio en Asia, incluso por cien dólares al mes lo hacen, porque contrariamente se moriría de hambre.
     En aguas internacionales, el capitán se vuelve el dios absoluto de la nave, pudiendo realizar abusos verbales o físicos, porque no hay nadie que pueda controlar o evitarlo y lo mismo sucede con los pescadores.
        Por todo esto, el Apostolado del Mar es una presencia de la Iglesia en el medio de ellos, incluso cuando hay desgracias y alguno muere, nuestro capellán va a bordo y hace un servicio fúnebre católico o ecuménico en ese momento de dolor”.
Ejemplos de casos que se encuentra el Apostolado del Mar:
1º. Unos filipinos que estuvieron tres años sin poder bajar de un barco, contra su voluntad y sin lograr hacer nada para evitarlo.
2º. Marineros que se embarcan y después a sus familias no le pagan lo convenido.
3º. La falta de comunicación fuera de la nave. Por esto cuando los voluntarios del A.M, van a los barcos, llevan wifi, para que los marineros puedan comunicarse con sus familias.
4º. Casos de naves que son abandonadas por los armadores porque no conviene repararlas, con la tripulación a bordo.
5º. Enfermos que son abandonados en los puertos.
       Los motivos que conducen a estas situaciones de injusticia son la codicia de los armadores que quieren acumular siempre más ganancias.
     Ramón Caamaño Pacin, (párroco de San Antonio de A Coruña, Delegado del apostolado del Mar de la Diócesis de Santiago de Compostela y Director Nacional del apostolado del Mar de la CEE), participa en dicho congreso con una ponencia,  que tiene como título “Los trabajadores de la pesca industrial y sus familias”, en la que se tratan en primer lugar los retos, la estructura empresarial y su impacto en el trabajador, las condiciones laborales: contratos, cotizaciones a la seguridad social, jornadas laborales, la fatiga, las retribuciones salariales, también se preocupa de la seguridad de las tripulaciones en los barcos, así como la necesidad de la formación.
      En segundo lugar se ocupa del impacto en la vida familiar, la separación de la familia del trabajador de la pesca industrial, así como el papel de la mujer del marino en la vida familiar, las repercusiones que tiene en la educación de los hijos, las relaciones sociales ( ya que el trabajador del mar es un hombre sin “VOZ” por sus largas estancias en la mar), también se ocupa del pescador jubilado.
       Y, en tercer lugar se trata de abrir caminos para buscar soluciones a esta problemática, gestiones ante los gobiernos europeo, nacional y autonómico, creación de asociaciones de mujeres de pescadores para poner VOZ a sus maridos, creación de centros de derechos del marino para defender sus derechos, la mejora en materia de seguridad y salvamento así como en la formación de los trabajadores y la humanización del trabajo en la mar.

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