Congreso del Apostolado del Mar
en Taiwan: “Atrapados en la red”
Contra el tráfico de seres humanos y
condiciones inhumanas, incluso de mujeres y niños
(ZENIT – Ciudad del
Vaticano).- El XXIV Congreso Mundial del Apostolado del Mar, que se realizará
del 1 al 7 de octubre en la ciudad de Kaohsiun en Taiwan, lleva el título ‘Caught
in the net‘ (atrapados en la red) y
abordará el tema de la pesca, el tráfico de seres humanos y trabajo forzado,
que afecta también a mujeres y niños.
El padre Bruno Ciceri,
delegado de la Santa Sede para el Apostolado del Mar y oficial del Dicasterio
del Desarrollo Humano Integral, explicó este miércoles a los periodistas
presentes en la Sala de prensa de la Santa Sede, algunos particulares poco
conocidos del tema.
Interrogado por
ZENIT, el padre Ciceri, señaló que el congreso ha sido organizado por el
Apostolado del Mar, que se encuentra dentro del Dicasterio para el Desarrollo
Humano Integral, en colaboración con la Conferencia Episcopal de Taiwan, de la
embajada de Taiwan ante la Santa Sede y por el Ministerio de Exteriores de
Taiwan, en un evento en el que participarán más de 250 personas de al menos 52
países.
Sobre el motivo por
el cual fue elegido un país de Oriente, el padre Ciceri señaló que “según las
estadísticas de la FAO, de los 53 millones de personas que se dedican a la
pesca el 84 por ciento son asiáticos, el 10 por ciento provienen Africa y el 4
por ciento de América Latina y el Caribe, mientras que Europa y Oceanía no
tienen ni siquiera el uno por ciento. Por lo tanto era lógico hacerlo en Asia”.
Señaló también que
“el Apostolado del Mar es uno de los socios fundadores del International
Christian Maritain Association (ICMA) que reúne 28
denominaciones cristianas que trabajan en el Mar, anglicanos, bautistas, etc”.
Y que “en el congreso estará también el secretario general del Icma, un
canadiense bautista”.
Participarán en el
evento representando a la Santa Sede el cardenal Petter Turkson, prefecto del
Dicasterio; el cardenal Charles Bo, de Myanmar; y Mons. Marcelo Sánchez
Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias.

Explicó que “hoy con
el sistema de containers los barcos se quedan pocas
horas en los puertos y estos están construidos cada vez más lejos de la ciudad,
dificultando el contacto de la tripulación con la tierra firme”. Al punto que
los marineros o marítimos “tienen poco tiempo incluso para comprar elementos de
primera necesidad, o solo tienen dólares lo que les dificulta pagar el algunos
países”.
Indicó que “el
pescador no tiene horarios, cuando encuentran el banco de pescados se pesca y
basta”. Y que “un británico por quinientas esterlinas no trabaja en el sector,
en cambio en Asia, incluso por cien dólares al mes lo hacen, porque
contrariamente se moriría de hambre”.
En aguas
internacionales “el capitán se vuelve el dios absoluto de la nave” precisó,
pudiendo “realizar abusos verbales o físicos”, porque no hay nadie que pueda
controlar o evitarlo y “lo mismo sucede con los pescadores”.
Señaló que por ello
“el Apostolado del Mar es una presencia de la Iglesia en el medio de ellos”,
incluso “cuando hay desgracias y alguno muere, nuestro capellán va abordo y
hace un servicio fúnebre ecuménico en este momento de dolor”.
Comentó entre sus
experiencias en primera persona el caso de unos filipinos que “estuvieron tres
años sin poder bajar de un barco, contra su voluntad y sin lograr hacer nada
para evitarlo”.
Además de caso de
“marineros que se embarcan y después a sus familias no le pagan lo convenido”,
o “la falta de comunicación fuera de la nave”. Por ello cuando ellos van a los
barcos, llevan wifi, para que los marineros “puedan comunicarse con sus
familias”. Comentó incluso el caso de “naves que son abandonadas por los
armadores” porque no conviene repararlas, con la tripulación a bordo, o de
enfermos que son “abandonados en los puertos”. Entre los motivos señaló la
codicia de “los armadores que quieren acumular siempre más ganancias”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario