Marinero abandonado
en tierra
El
centro Stella Maris de la Delegación de Apostolado del Mar de Barcelona ha sido
galardonado con el premio Seafarers’ Centre of the Year 2016, que le reconoce
como el mejor centro mundial de marinos. Una de sus grandes labores es
acompañar a los marineros abandonados en los muelles


El
capitán pakistaní era musulmán. «El diálogo interreligioso es una de las
grandes patas de nuestro apostolado. Aquí atracan barcos de todo el mundo, y
nosotros facilitamos el acceso a los marinos a los centros de cualquier
confesión religiosa. Nos llevamos estupendamente con los ortodoxos, los
anglicanos, los luteranos y los musulmanes», explica el delegado. Pero esta
ocasión, el diálogo interreligioso fue un paso más allá: «Un día, aquel hombre
me pidió una Biblia en inglés. Comenzó a venir por las tardes a mi despacho, y
me preguntaba sobre los pasajes que no entendía».
Ricardo
Rodríguez Martos y el equipo de 36 voluntarios del Apostolado del Mar en
Barcelona lograron, después de mucho esfuerzo, que el capitán cobrase casi todo
lo que le debían y así regresar a casa. «Vino feliz a pedirme una bendición de nuestro Dios y a decirme
que si había Apostolado del Mar en Pakistán se iba a hacer voluntario». Lo más
curioso es que hace unos meses, cuatro años después de aquello, «yo estaba
tranquilamente en el despacho y alguien llamó a la puerta. Era él. Me abrazó,
se puso a llorar a lágrima viva y me confesó que había hecho escala ex profeso
en Barcelona para saludar».
Premiados
internacionalmente
El
pasado 24 de junio, el centro Stella Maris de Barcelona recibió el premio
Seafarers’ Centre of the Year 2016, que le reconoce como el mejor centro
mundial de marinos. El premio lo concede la International Seafarers Welfare and
Assistance Network (ISWAN), que ofrece servicios de asistencia religiosa y
secular a los marinos, y que trabaja para apoyar el bienestar de estos
profesionales en todo el mundo. Bien merecido lo tiene tras un intenso año en
el que los voluntarios de la delegación asistieron a 4.125 marineros llegados
principalmente de Filipinas, Indonesia, India e Italia. «El marino –añade el
delegado– vive en un contexto hostil, siente la lejanía de la familia… De
manera natural y espontánea tiene una mayor inclinación a la religiosidad. De
hecho, en ningún barco falta la Virgen del Carmen».
Además,
el Apostolado del Mar tiene un acuerdo con la empresa de cruceros Pullmantur
para ofrecer servicios religiosos a bordo. «En los barcos siempre hay gente que
aprovecha para confesarse con el sacerdote, y hay mucha demanda de
celebraciones religiosas, sobre todo de parte de la tripulación, que pasa meses
sin pisar tierra». Este año también han inaugurado en la capilla una Puerta de
la Misericordia para marineros.
La
actividad de la delegación se completa con la festividad central, que el
próximo 16 de julio concentra a todas las ciudades portuarias del mundo: la
procesión de la Virgen del Carmen, que durante dos horas recorrerá el puerto de
Barcelona. Bajado de Alfa y Omega
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